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Mohamed Benhlima : L'histoire d'une déportation honteuse de l'Espagne vers l'Algérie

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  • Mohamed Benhlima : L'histoire d'une déportation honteuse de l'Espagne vers l'Algérie


    MOHAMED BENHLIMA: LA HISTORIA DE UNA DEPORTACIÓN VERGONZOSA DE ESPAÑA A ARGELIA

    Por Javier Maura, activista del grupo de Bilbao de Amnistía Internacional España, 24 de marzo de 2023

    24 de marzo de 2022. 17:30 horas. Al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Valencia llega una dotación policial para notificar la denegación de la solicitud de asilo de Mohamed Benhalima. Lo trasladan al aeropuerto y lo montan en un avión fletado al efecto por el Ministerio del Interior. Despega a las seis de la tarde y dos horas después llega a Argelia, donde le esperan el servicio secreto argelino y las cámaras de televisión del informativo de la noche.

    ¿Quién es Mohamed Benhalima para merecer este despliegue? Un exmilitar argelino de 32 años, acusado de terrorismo por participar en manifestaciones en las que se pedía democracia. Benhalima también denunció irregularidades y corrupción de altos mandos del ejército de Argelia en un canal de YouTube.

    Cuando supo que iba a ser detenido en Argelia, a finales de 2019, Benhalima vino a España. Solicitó asilo político en febrero de 2020 y un año más tarde ingresó como activista en el grupo de Bilbao de Amnistía Internacional. Para nosotros era Moha.

    Mohamed Benhalima a su llegada a Árgel tras ser deportado por el gobierno español.

    Mohamed Benhalima a su llegada a Árgel, tras ser deportado por el gobierno español. Fuente Facebook

    Además de Moha, en Euskadi había otro exmilitar argelino, Mohamed Abdellah, con idéntico compromiso democrático. En agosto de 2021, Abdellah acudió a una citación de la Policía Nacional en Vitoria-Gasteiz para renovar documentación y salió de comisaría para ser deportado en pocos días a Argelia. Moha nos pidió ayuda nada más recibir su citación para un trámite similar: “Si me quedo aquí, me deportan como a Abdellah”.

    Escapó a Francia, pero siguió en contacto con el grupo. A primeros de febrero de 2022, supimos que Moha acababa de ser detenido en París. Estaba hospitalizado por una crisis de ansiedad desde el día siguiente a su detención. Le aplicaron el Convenio de Dublín por el cual Francia tenía 45 días para estudiar si procedía o no la entrega de Mohamed a España, donde había solicitado asilo inicialmente. Como España cumple con los estándares democráticos, la entrega estaba casi asegurada.


    Conversábamos a diario. Su mayor deseo consistía en que Amnistía Internacional le amparara ante el temor a ser deportado al finalizar el plazo del Convenio de Dublín. Moha me pasó un artículo de El Confidencial, firmado por Ignacio Cembrero, periodista español experto en Norte de África. Por nada del mundo quería ser otro “regalo” de España a Argelia.

    —No soy un terrorista —decía Moha—, nunca he cometido actos de sabotaje. Me he manifestado en la calle y en redes sociales como hacéis en España, pero Argelia considera terrorista a quien quiera cambiar las cosas por medios pacíficos, que allí son ilegales porque en Argelia no se respetan las libertades. Mi país tiene gas, pero no derechos humanos.

    Mohamed Benhalima, defensor de derechos humanos eportado a Argelia

    Mohamed Benhalima. Fuente: Facebook

    El equipo de investigación de Amnistía Internacional empezó a documentar su caso poco antes de que finalizase su estancia obligada en Francia. Al agradecimiento por la actuación de Amnistía se unió su angustia por su traslado a España, su previsible deportación y la posibilidad de sufrir los mismos malos tratos que Abdellah estaba denunciando. Por todo ello, sintió que tenía que escapar de Francia.

    El 11 de marzo de 2022, Moha se fue a Portugal donde intentó solicitar asilo. No admitieron a trámite su petición y, cuando intentaba volver a Francia por España, fue detenido en un “supuesto control rutinario” en Zaragoza, así lo calificó la periodista María Martín en su artículo en “El País”. Red Jurídica, un despacho de abogados comprometido con los derechos humanos, asumió su defensa, al tiempo que Amnistía Internacional lanzaba una campaña mundial para parar su deportación. Aceptando la petición de la policía, la jueza decidió internarlo en el CIE de Valencia, donde ingresó el 17 de marzo. Ese día, activistas del Grupo de Valencia de Amnistía Internacional y de CIEsNo se concentraron frente al centro de internamiento.

    Desde dentro, Moha escuchaba sus gritos y se sentía protegido. Los funcionarios le trataban con más respeto que al resto de internados. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) asumió su defensa jurídica y el 18 de marzo solicitó asilo político. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), y otras organizaciones internacionales entraron en acción.

    Artículo en prensa que cuenta la historia de Mohamed Benhalima

    El 22 de marzo, el Ministerio del Interior le denegó el asilo, aduciendo que, a pesar de los informes de Amnistía Internacional y ACNUR, había una “comunicación de la Secretaría de Estado de Seguridad sobre la existencia de razones fundadas para considerar que el solicitante constituye un peligro para la seguridad de España”.

    Sorprendió al abogado de Moha la no aplicación del Convenio de Ginebra, cuyo artículo 33.1 prescribe: “Ningún Estado Contratante podrá, por expulsión o devolución, poner en modo alguno a un refugiado en las fronteras de los territorios donde su vida o su libertad peligre por causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social, o de sus opiniones políticas”. Ni tampoco el artículo 3.1. de la Convención de la ONU contra la Tortura y Otros Tratos Inhumanos o Degradantes: “Ningún Estado Parte procederá a la expulsión, devolución o extradición de una persona cuando haya razones fundadas para creer que estaría en peligro de ser sometida a tortura”.

    Moha estaba consternado. Nuestra última conversación sonaba a despedida. Con voz entrecortada expresaba horror por su futuro. Yo contenía las lágrimas explicándole que su abogado tenía preparado un recurso de amparo ante la Audiencia Nacional para posponer su traslado por razones humanitarias nada más resolverse el reexamen de su solicitud. Había también una buena noticia: El País iba a publicar un artículo sobre su caso. Me dijo que había grabado un vídeo explicando que si reconocía ante la policía argelina haber cometido actos terroristas significaba que había sido torturado a conciencia. Me rompí por dentro cuando terminó llamándome “papá”, expresión de afecto que usan los musulmanes con personas mayores.

    La deportación fue tan precipitada que su abogado no pudo presentar el recurso ante la Audiencia Nacional. Fue notificado cuando Moha volaba para Argel. Fletar específicamente un avión era algo insólito en casos similares. Para entonces, el contexto internacional había empeorado: la invasión rusa ponía por las nubes al gas argelino y España había virado el timón de su política sobre el Sáhara Occidental del lado marroquí.

    Pocos días después de la deportación, catorce organizaciones internacionales firmaban la declaración de 29 de marzo, donde se cita el vídeo sobre su falsa confesión como terrorista. En mayo conocimos a través de la prensa su condena a muerte.

    Concentración por Mohamed Benhalima

    Concentración los primeros miércoles de cada mes frente a la Delegación de Gobierno en Bilbao por Mohamed Benhalima. © AI

    Amnistía Euskadi obtuvo del Parlamento Vasco la aprobación esta Proposición No de Ley que pide a Argelia que anule la pena de muerte y libere a Mohamed Benhalima, que no se le apliquen tortura o malos tratos y que la ciudadanía vasca se una a la campaña de Amnistía Internacional para anular la condena a muerte.

    Desde octubre de 2022, el grupo de Bilbao viene organizando concentraciones los primeros miércoles de mes frente a la Delegación del Gobierno. No nos olvidamos de nuestro compañero, a quien recordamos continuamente. Las últimas noticias que tenemos de él son esperanzadoras: ha recuperado su ánimo y a ello contribuye, según su familia y sus abogados, las fotos que le enviamos de nuestras movilizaciones.

    Hoy 24 de marzo de 2023 se cumple un año de la deportación de nuestro compañero Moha. Seguimos trabajando para que lo liberen. Súmate tu también con tu firma. ¡Ayúdanos!


    Amnistía Internacional España

  • #2
    Baratin d'ong

    Benhalima, benyamina et ghali
    C t des opérations séduction de l'espagne pour garantir une bonne révision du contrat gaz.

    Les algériens en ont profité puis ont obligé l'espagne à accepter l'augmentation de prix plus de 2 fois plus cher avec un gel de l'accord d'amitié.

    W yerbah el malti.

    Commentaire


    • #3
      Traduction




      Mohamed Benhlima : L'histoire d'une déportation honteuse de l'Espagne vers l'Algérie
      Hier, 21h36

      MOHAMED BENHLIMA : LE RÉCIT D'UNE DÉPORTATION HONTEUSE D'ESPAGNE VERS L'ALGÉRIE

      Une force de police arrive au Centre d'internement pour étrangers (CIE) de Valence pour notifier le refus de la demande d'asile de Mohamed Benhalima. Ils le transfèrent à l'aéroport et le mettent dans un avion affrété à cet effet par le ministère de l'Intérieur. Il décolle à six heures du soir et arrive deux heures plus tard en Algérie, où l'attendent les services secrets algériens et les caméras de télévision du journal du soir.

      Qui est Mohamed Benhalima pour mériter ce déploiement ? Un ancien militaire algérien de 32 ans, accusé de terrorisme pour avoir participé à des manifestations réclamant la démocratie. Benhalima a également dénoncé des irrégularités et la corruption de hauts commandements de l'armée algérienne sur une chaîne YouTube.

      Lorsqu'il a appris qu'il allait être arrêté en Algérie, fin 2019, Benhalima est venu en Espagne. Il a demandé l'asile politique en février 2020 et un an plus tard, il est devenu un militant du groupe Bilbao d'Amnesty International. Pour nous, c'était Moha.

      Mohamed Benhalima à son arrivée à Alger après avoir été expulsé par le gouvernement espagnol.

      Mohamed Benhalima à son arrivée à Alger, après avoir été expulsé par le gouvernement espagnol. Source Facebook

      Outre Moha, il y avait en Euskadi un autre ancien militaire algérien, Mohamed Abdellah, avec le même engagement démocratique. En août 2021, Abdellah a assisté à une convocation de la police nationale de Vitoria-Gasteiz pour renouveler ses papiers et a quitté le commissariat pour être expulsé vers l'Algérie dans quelques jours. Moha nous a demandé de l'aide dès qu'elle a reçu sa convocation pour une procédure similaire : « Si je reste ici, ils me déportent comme Abdellah.

      Il s'est enfui en France, mais est resté en contact avec le groupe. Début février 2022, on apprend que Moha vient d'être arrêté à Paris. Il était hospitalisé pour une crise d'angoisse depuis le lendemain de son arrestation. Ils ont appliqué la convention de Dublin par laquelle la France disposait de 45 jours pour étudier s'il fallait ou non remettre Mohamed à l'Espagne, où il avait initialement demandé l'asile. L'Espagne étant conforme aux normes démocratiques, la livraison était presque assurée.


      Nous avons parlé quotidiennement. Son plus grand souhait était qu'Amnesty International le protège de la crainte d'être expulsé à la fin de la Convention de Dublin. Moha m'a passé un article d'El Confidencial, signé par Ignacio Cembrero, un journaliste espagnol spécialiste de l'Afrique du Nord. Pour rien au monde je ne voulais être un autre « cadeau » de l'Espagne à l'Algérie.

      « Je ne suis pas un terroriste, disait Moha, je n'ai jamais commis d'actes de sabotage. J'ai manifesté dans la rue et sur les réseaux sociaux comme vous le faites en Espagne, mais l'Algérie considère comme un terroriste quiconque veut changer les choses par des moyens pacifiques, ce qui est illégal là-bas car les libertés ne sont pas respectées en Algérie. Mon pays a du gaz, mais pas de droits de l'homme.

      L'équipe de recherche d'Amnesty International a commencé à documenter son cas peu avant la fin de son séjour forcé en France. En plus de sa gratitude pour les actions d'Amnesty, il a été rejoint par son angoisse face à son transfert vers l'Espagne, son expulsion prévisible et la possibilité de subir les mêmes mauvais traitements que dénonçait Abdellah. À cause de tout cela, il sentit qu'il devait fuir la France.

      Le 11 mars 2022, Moha part pour le Portugal où il tente de demander l'asile. Ils n'ont pas admis sa demande de traitement et, alors qu'il tentait de rentrer en France via l'Espagne, il a été arrêté lors d'un "contrôle supposé de routine" à Saragosse, comme le décrit la journaliste María Martín dans son article paru dans "El País". Red Jurídica, un cabinet d'avocats engagé dans la défense des droits humains, a pris sa défense, tandis qu'Amnesty International a lancé une campagne mondiale pour empêcher son expulsion. Acceptant la demande de la police, le juge a décidé de l'admettre au CIE de Valence, où il a été admis le 17 mars. Ce jour-là, des militants du groupe valencien d'Amnesty International et du CIEsNo se sont rassemblés devant le centre de détention.

      De l'intérieur, Moha a entendu leurs cris et s'est senti protégé. Les fonctionnaires le traitaient avec plus de respect que le reste des internés. La Commission espagnole d'aide aux réfugiés (CEAR) a pris sa défense légale et le 18 mars, il a demandé l'asile politique. Le Haut Commissariat des Nations Unies pour les réfugiés (HCR) et d'autres organisations internationales sont intervenus.

      Le 22 mars, le ministère de l'Intérieur lui a refusé l'asile, arguant que, malgré les rapports d'Amnesty International et du HCR, il y avait une « communication du secrétaire d'État à la Sécurité sur l'existence de puits - des raisons fondées de considérer que le requérant constitue un danger pour la sécurité de l'Espagne ».

      L'avocat de Moha s'est étonné de la non-application de la Convention de Genève, dont l'article 33.1 dispose : "Aucun Etat contractant ne peut, par expulsion ou refoulement, placer un réfugié de quelque manière que ce soit aux frontières des territoires où sa vie ou sa liberté sont en danger". du fait de leur race, de leur religion, de leur nationalité, de leur appartenance à un certain groupe social ou de leurs opinions politiques ». L'article 3.1 non plus. de la Convention des Nations Unies contre la torture et autres traitements inhumains ou dégradants : "Aucun État partie ne peut procéder à l'expulsion, au retour ou à l'extradition d'une personne lorsqu'il existe des motifs raisonnables de croire qu'elle risque d'être soumise à la torture".

      Moha a été choqué. Notre dernière conversation ressemblait à un au revoir. D'une voix brisée, il a exprimé son horreur pour son avenir. J'ai retenu mes larmes en lui expliquant que son avocat avait préparé un recours d'amparo devant l'Audience nationale pour surseoir à son transfert pour des raisons humanitaires dès que le réexamen de sa demande aurait été résolu. Il y avait aussi une bonne nouvelle : El País allait publier un article sur son cas. Il m'a dit qu'il avait enregistré une vidéo expliquant que s'il avouait à la police algérienne qu'il avait commis des actes terroristes, cela signifiait qu'il avait été consciemment torturé. J'ai craqué à l'intérieur quand il a fini par m'appeler "papa", une expression d'affection que les musulmans utilisent avec les personnes âgées.

      L'expulsion a été si précipitée que son avocat n'a pas été en mesure de présenter l'appel devant la Cour nationale. Il a été averti lorsque Moha s'envolait pour Alger. L'affrètement spécifique d'un avion était inhabituel dans des cas similaires. À ce moment-là, le contexte international s'est aggravé : l'invasion russe a envoyé le gaz algérien à travers le toit et l'Espagne a fait passer la barre de sa politique du Sahara occidental au côté marocain.

      Quelques jours après l'expulsion, quatorze organisations internationales ont signé la déclaration du 29 mars, où la vidéo sur ses faux aveux de terroriste était citée. En mai, nous avons appris sa condamnation à mort par la presse.

      Amnesty Euskadi a obtenu du Parlement basque l'approbation de cette proposition non légale qui demande à l'Algérie d'annuler la peine de mort et de libérer Mohamed Benhalima, que la torture ou les mauvais traitements ne lui soient pas appliqués et que les citoyens basques se joignent à la campagne d'Amnesty International d'annuler la condamnation à mort.

      Depuis octobre 2022, le groupe de Bilbao organise des rassemblements le premier mercredi du mois devant la Délégation du Gouvernement. Nous n'oublions pas notre partenaire, dont nous nous souvenons continuellement. Les dernières nouvelles que nous avons de lui sont encourageantes : il a retrouvé ses esprits et, selon sa famille et ses avocats, les photos que nous lui avons envoyées de nos mobilisations y contribuent.

      Aujourd'hui, 24 mars 2023, marque un an depuis la déportation de notre camarade Moha. Nous continuons à travailler pour le faire libérer. Joignez-vous à votre signature. Aidez nous!


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